Esos paraísos artificiales
Escribe Thomas de Quincy en su célebre «Confesiones de un inglés comedor de opio»: «Esta es la panacea de todos los males humanos; aquí estaba, descubierto de un golpe, el secreto de la felicidad sobre el que disputaron los filósofos a través de las edades; la felicidad podía comprarse por un penique y llevarse en el bolsillo del chaleco, los éxtasis portátiles encerrarse con un corcho en una botella de medio litro, la paz del alma transportada por galones en coches de correo». La paz del alma. Parece ser que esa es la cuestión. Unos dirán que son los paraísos artificiales que se desvanecen alMostrar más