Manuel Todea

CARACAS. Los números son contundentes y no tienen discusión. Desde el año 2012 ningún club Sudamericano ha podido levantar la copa en el Mundial de clubes, lo peor es que este año el Palmeiras de Brasil, campeón de la Conmebol llegó en el cuarto puesto, y ni siquiera pudo anotar ningún tanto en la competición.

Hace nueve años, el Corinthians conquistó el título que se otorga al mejor club del mundo, desde ese instante los cuadros europeos han levantado la copa en ocho ocasiones consecutivas. Bayern (2 veces), Real Madrid (4), Barcelona (1) y Liverpool (1) han sido los mejores en dicha competición.

El Bayern Múnich, campeón del último campeón del mundial de clubes cuenta dentro de sus filas con el brasileño Douglas Costa. El amazónico ha pasado desde el 2014 por el Shakhtar Donetsk de Ucrania, Juventus de Italia y en tres ocasiones con el gigante de Baviera.

Por supuesto que son múltiples las situaciones que ocurren para esta situación, y es algo que invita a la reflexión a la dirigencia sudamericana para intentar dar un vuelco en los próximos años.

En busca de dinero. Una situación clave para entender la situación que ocurre en Sudamerica, es el abismal poderío económico que tienen los clubes europeos con relación a los de este continente. Está situación genera que los principales talentos nacidos en cualquiera de los 10 países de América del Sur partan cada vez más jóvenes al Viejo Continente.

Son miles los casos de jugadores que destacan, y antes de los 18 años saltan a los conjuntos europeos. Los jugadores viajan principalmente por tener un contrato mucho más grande en comparación a los conjuntos sudamericanos.

Otro de los puntos de la situación que ocurre es que la dirigencia en Europa está más profesionalizada, y eso marca una diferencia gigante entre una y otra.

Source: Meridiano