El escritor peruano se ha pronunciado en este sentido en una conversación sobre literatura, política y periodismo, con la que se han inaugurado las IX Jornadas Futuro en Español, organizadas por el Grupo Vocento, a través del diario La Rioja, y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Mario Vargas Llosa, quien ha mantenido un coloquio con el expresidente del Consejo de Ministros de Perú, Pedro Cateriano, ha añadido que, actualmente, «ningún Gobierno, aunque quiera, difícilmente puede poner un control fugaz a la información» y ese es «un hecho positivo».

Sin embargo, ha añadido que «demasiada información es sinónimo de confusión y eso ha hecho que las mentiras, hoy en día, encuentren un vehículo para insertarse en la sociedad y eso desconcierta extraordinariamente al público».

En este contexto, Vargas Llosa, quien ha sido testigo de la evolución del periodismo en los últimos cuarenta años, ha lamentado que haya «fantasías» sin base real que se conviertan en realidad.

Ha dicho que lo más importante que le ha ocurrido en la vida es aprender a leer, que significó para él traducir las palabras en imágenes y experiencias y vivir una vida «más rica que la vida cotidiana».

También ha recalcado que el periodismo ha ocupado una parte importante de su vida y ha sido para él un complemento a la literatura porque le ha permitido tener un pie en la realidad.

En sus recuerdos sobre sus comienzos literarios, ha dicho que su vocación a este respecto nació como «una manera de resistir a la autoridad de su padre» y al «terror» que le inspiraba.

«Tenía verdadero terror cuando mi padre me metió en un internado», ha añadido el Nobel de Literatura, quien ha subrayado que el ingreso en aquel colegio fue para él una liberación.

El motivo por el que la dictadura es el hilo conductor de varias de sus obras literarias es la vivencia de su infancia con su padre, ha recalcado.

Vargas Llosa se ha mostrado un fiel defensor de la libertad y la convivencia, motivo por el que ha expresado su rechazo a la sublevación popular registrada en Chile y las revueltas en Cataluña tras conocerse la sentencia del Procés.

Ha opinado que España «cometió un gran error cediendo la educación a las autonomías», que es lo que ha cimentado esa especie de versión «provinciana y anacrónica» en Cataluña.

El escritor ha calificado de «trágico que esto ocurra en un país que asombró al mundo en la transición española» y ha lamentado que se haya «cimentado esa especie de visión provinciana, cerrada, anacrónica, que es el movimiento independentista catalán, que, desde el punto de vista cultural, ha retrocedido a Barcelona».

Para él, el Rey Felipe VI «lo está haciendo muy bien» y «su discurso, enfrentándose con gran coraje al nacionalismo catalán, fue decisivo, movilizó de alguna manera el espíritu de los españoles y fue una demostración visible y palpable de que la monarquía constitucional que tiene España sirve para algo».

En un tono más distendido, ha dicho que siempre ha querido a Barcelona, pero que siente muy feliz en Madrid y que si tiene alguna casa en el mundo, probablemente esté en la capital de España y no en Lima.

También ha asegurado que el Real Madrid es su equipo y motivo de conflicto con sus hijos, que son del Barcelona.

EFE / MV