La alianza encabezada por Riad amenazó con emplear la fuerza si las partes beligerantes no se comprometían con el cese de hostilidades que la propia coalición decretó a partir de la 01.00, hora local (22.00 GMT) de este domingo y que se ha mantenido a lo largo de todo el día.

Los aviones de la alianza árabe sólo realizaron un bombardeo en el norte de Adén, según informaron a Efe residentes en la zona, a modo de advertencia pero no fueron necesarias más demostraciones de fuerza por parte del aliado más poderoso del Ejecutivo del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.

Sin embargo, la maquinaria política ha trabajado a pleno rendimiento para la entrada en vigor del alto el fuego y la vuelta al statu quo anterior a los choques de esta semana, en los que las fuerzas del separatista Consejo Transicional Sureño (CTS) ganaron terreno en Adén.

Ese órgano afirmó en un comunicado su compromiso con la tregua y dio la bienvenida a la invitación al diálogo por parte de Arabia Saudí, que convocó a las partes beligerantes a una «reunión urgente» en el reino, para la cual aún no hay fecha.

También el Gobierno yemení dio la bienvenida a la intervención de la coalición, después de lo que calificó de «golpe» contra las instituciones yemeníes, que tienen su sede en Adén desde que fue expulsado de la capital por los rebeldes chiíes hutíes en 2014.

El presidente Hadi, exiliado desde entonces en Arabia Saudí, se reunió hoy con el rey Salman bin Abdelaziz en la ciudad santa de La Meca, donde abordaron los últimos acontecimientos en Adén, según la agencia oficial de noticias del reino, SPA.

El monarca saudí rechazó el «golpe contra las instituciones» encabezadas por Hadi y trasladó al mandatario que goza de poco poder sobre el terreno su apoyo a la «legitimidad y a la unidad del Yemen, su estabilidad y seguridad».

Por su parte, el principal socio de Riad en la coalición, Emiratos Árabes Unidos (EAU), sólo emitió un escueto comunicado anoche en el que instó a rebajar la tensión y al diálogo, en medio de las presiones por su apoyo a las milicias separatistas del sur del Yemen integradas en el llamado Cinturón de Seguridad.

El estallido de la violencia en Adén ha puesto en evidencia las diferencias en el seno de la alianza, que interviene en el Yemen desde marzo de 2015 en contra de los rebeldes hutíes y a favor del Ejército gubernamental, pero que tiene intereses divergentes en el sur del país.

El objetivo de EAU sería reforzar la posición de sus aliados, los secesionistas, ante la retirada paulatina de sus tropas del Yemen, aunque oficialmente Abu Dabi apoya al Gobierno de Hadi y no busca desbancarlo del poder en el sur.

En esta región, los seperatistas se han hecho fuertes gracias al apoyo emiratí y también a la falta de autoridad del Ejecutivo, abanderando las reivindicaciones secesionistas que existen desde que el sur del Yemen fue anexionado por el norte en 1990 tras una guerra civil.

Por su parte, la ONU ha pedido a las partes en conflicto que permitan el acceso de las organizaciones humanitarias para asistir a los civiles necesitados, después de días de combates en los que los residentes se han quedado atrapados en sus casas sin poder conseguir víveres.

Según la oficina de la coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU para el Yemen, Lise Grande, unos 40 civiles han fallecido y 260 han resultado heridos desde el estallido de la violencia el día 8 de agosto.

Hoy, a pesar de que los combates se han detenido, la actividad no ha regresado aún a las calles de Aden, que permanecen vacías y en algunas zonas el suministro de agua está cortado, según residentes de la urbe consultados por Efe. EFE

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