El ser humano tiene dos denticiones, la dentición temporal, decidua o de leche y la dentición permanente o definitiva. La primera, que comienza a erupcionar a los seis meses de edad, completándose a los dos años, consta de 20 piezas dentarias (cuatro incisivos centrales, cuatro incisivos laterales, cuatro caninos y ocho molares); y la dentición permanente que empieza a los seis años y termina con las llamadas «muelas del juicio» alrededor de los 18 años; 32 (cuatro incisivos centrales, cuatro incisivos laterales, cuatro caninos, ocho premolares y 12 molares).

Existen anomalías en el número de dientes que tienen carácter fundamentalmente familiar, debido a factores locales que suceden en el momento de la formación del diente, aunque la causa aún no está bien determinada. Los dientes supernumerarios o hiperodoncia son aquellos que se forman excediendo la fórmula dentaria habitual, independientemente de su localización. Los más frecuentes son los llamados mesiodens, que se localizan en la línea media en el maxilar superior, entre los dos incisivos centrales superiores. Suelen ser más pequeños en tamaño y presentar forma de lágrima.

Cuando existe una disminución en el número de dientes, se denomina hipodoncia o agenesia. Existe, por tanto, una falta en la formación de un determinado germen dentario, no se trata de que no haya aflorado en boca, sino que no se va a formar nunca. Esto puede afectar de forma aislada a un sólo diente o a varios a la vez, siendo los dientes más afectados por orden los terceros molares o muelas del juicio, los incisivos laterales superiores y los segundos premolares inferiores.

El diagnóstico temprano de la alteración numérica dentaria es fundamental para prevenir problemas en la erupción y oclusión dentaria, tanto estéticos como funcionales; minimizar las complicaciones y tener un pronóstico favorable. Es necesario en estos casos un tratamiento interdisciplinar entre odontólogo, cirujano bucal y ortodoncista.

Source: A tu salud