Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Hablar de la Champions League es hablar del Real Madrid y viceversa. La Copa de Europa no se entiende sin un club blanco que ha logrado ganarla hasta en 13 ocasiones desde su creación por allá en 1955.
Los merengues han tenido un lustro en el Viejo continente verdaderamente para enmarcar. En los últimos cinco años conquistaron “La Orejona” en cuatro ocasiones; y si se retrocede un poco más se puede decir que han llegado a semifinales de forma consecutiva los últimos ocho años. No hay dudas, en Europa no hay equipo más dominante que el de la capital de España.
Su última hazaña ha sido quedarse con la Champions por tercera ocasión seguida, algo que no se había logrado nunca desde que adoptó el nuevo formato en la campaña 1992-1993; pero si se cuenta el antiguo torneo no se realizaba tal proeza desde hace 42 años, cuando lo hizo el Bayern Múnich al encadenar tres copas al hilo (1974, 1975 y 1976).
A pesar de la incredulidad de muchos, bien concebida por una temporada irregular, el Madrid se sobrepuso a tantos altibajos para quedarse con un trofeo que pocos se imaginaron que conseguirían.
Un camino complicado por un inglés
La fase de grupos pintaba para que el Madrid se quedara con el primer puesto; claro está, antes debía resolver su enfrentamiento ante un buen Tottenham que viene haciendo las cosas bien en los últimos años. No obstante, tal como se pensó, los Spurs crearon más problemas de los que se pensaba.
Fácilmente, los blancos se impusieron al APOEL (3-0 y 0-6) y al Borussia Dortmund (1-3 y 3-2), pero ante los ingleses empataron (1-1) en su primer duelo y en el segundo cayeron de forma contundente (3-1). En Liga ya estaban dando síntomas de que las cosas no estaban tan bien con los de Zidane. Sin embargo, con su gran prestigio y un buen Cristiano Ronaldo (que aunque estaba apagado en Liga, en Champions seguía goleando) se metieron a octavos de final como segundos de grupo, superados por un Tottenham que mereció ese primer lugar de principio a fin.
Cristiano, suerte y mucha eficiencia
Su mal andar en el campeonato español y su paupérrima presentación en la Copa del Rey (cayeron en cuartos ante el Leganés) hacía presagiar que el Madrid sucumbiría muy pronto en Europa, más tras un sorteo en el que quedaron emparejados ante el PSG.
Sin embargo, la casta de los merengues sobresalió una vez más y con un gran Cristiano a la cabeza superaron a los franceses. Los blancos se impusieron con un 5-2 en el global y con el luso marcando tres de esos goles.
El Ronaldo goleador había vuelto. Si en la Liga empezó a facturar, en Champions su idilio continuó. Y es que tras los franceses llegó el turno de la Juventus en cuartos. El portugués se lució marcando tres goles en la eliminatoria, dejando para el recuerdo una chilena con la que cualquier adjetivo se queda corto y marcando con mucha sangre fría un penal que fue tan polémico como bien pitado.
Luego de superar al equipo italiano, en el camino apareció el Bayern. Aunque Cristiano seguía imponiendo su presencia, no pudo poner su huella en el marcador, pero a pesar de eso la fortuna les sonrío a los de Zidane. La poca eficacia de los bávaros, más las apariciones estelares de Keylor Navas y un muy afortunado Karim Benzema, que recibió hasta la ayuda de Ulreich, significaron su clasificación a la gran final de Kiev.
El Bale de las finales y… Karius
La capital ucraniana sirvió de escenario para un partido entre Real Madrid y Liverpool en el que se esperaban varios protagonistas, como Cristiano, Salah, Modric…, pero al final fueron tres los que sorprendieron a todos: Benzema, Loris Karius y, el más importante, Gareth Bale.
Primero fue el francés que abrió el marcador gracias a un regalo del portero alemán, que le dio el balón en un simple saque; y ya después apareció el galés con un show personal.
Bale entró al 60’ y fue el que siempre asoma en los partidos importantes. Con una chilena menos estéticas que la del portugués, pero igual de efectiva, dejó en nada el empate momentáneo de Mané y poco después realizó un tiro lejano muy potente, aunque controlable; sin embargo las manos de Karius cedieron y el 3-1 quedó en la pizarra para que el Madrid se llevara una nueva Champions.
Zidane y los merengues habían logrado lo impensable. Se habían quedado con la Champions cuando nadie daba un centavo por ellos y lo hicieron por todo lo alto. La número 13 se convirtió en la tercera seguida, algo inédito desde el cambio de formato.
Lo de los blanco no tiene parangón y su supremacía en Europa se confirma con Cristiano, quedando de goleador de esta edición (con 15), haciéndolo además durante seis campañas seguidas; también al colocar a cinco jugadores –Marcelo, Varane, Sergio Ramos, Modric y Ronaldo- en el equipo del año de la FIFA; y también con un jugador acaparando todos los premios individuales, como Balones de Oro, Premios The Best y Mejor jugador de Europa, los últimos tres años consecutivos (Cristiano en 2016 y 2017, y Modric en 2018).
El Madrid se ha superado con los años y se ha levantado en estos últimos para dominar un continente en el que siempre ha estado vigente. El 2018 confirmó que no hay equipo más imperioso que los merengues y con una nueva Champions en el bolsillo volvieron a dejar claro que Europa es ahora más blanca que nunca.
Source: Meridiano