Rafa Nadal y Simona Halep: Tenacidad y regularidad para llegar a la cima

Rafa Nadal y Simona Halep: Tenacidad y regularidad para llegar a la cima

Manuel Vargas | @MA_Vargas7

Dentro del mundo del tenis 2017 estaba marcado como un año de confirmación para unos y para otros de preparar el terreno para posibles despedidas, pero como en muchos aspectos de la vida lo impredecible volvió a demostrar que siempre aparecerá para darle un bonito giro a las cosas.

Tanto en la ATP como en la WTA se vivió una campaña llena de sorpresas: se transportó al público a una época que parecía ya olvidada, se consiguieron hazañas antes inimaginables, y quedaron enmarcados para la historia algunos de los momentos más bellos y emocionantes de la historia del deporte blanco.

Pero no hay dudas de que dos de los protagonistas de esta temporada fueron los que terminaron en la cima de sus respectivos ránkings; probando una vez más que la constancia y las ganas de mantenerse a tope, al final otorgan las mejores recompensas.  En eso Rafael Nadal y Simona Halep dieron cátedra.

El de Manacor arriba una vez más

La grandeza es algo que está allí y que no se pierde, pero con el paso del tiempo se va dejando lugar a otros para que ocupen el puesto. Eso es lo que estaba pasando en la ATP cuando desde hace algunas campañas Rafael Nadal había estado cediendo algo de terreno; sin embargo lo que lucía como una nueva campaña llena de altibajos, se transformó en una que lo catapultaría a la punta de una tabla en la que hace tiempo no figuraba.

Nadal comenzó el 2017 participando en Birsbane, en el que tras dos buenas victorias (ante Dolgopolov y Mischa Zverev) no pudo batir en cuartos de final a Milos Ronic. Hasta allí todo normal, pero luego de eso la época dorada del tenis en la que un enfrentamiento de lujo, y uno de los más impresionantes del deporte en general, regresó para alegría de todos.  

El Abierto de Australia fue el inicio de una temporada espectacular. Nadal fue superando etapas en el primer Grand Slam del año desarrollando un tenis esplendido y pudo ganarse el boleto para meterse a su primera gran final desde hacía tres años. Roger Federer sería su rival, rememorando aquellos tiempos en los que un día sí y otro también se disputaban todos los títulos entre ellos.  Fue una final apasionante en la que el nacido en Mallorca tuvo muy cerca la victoria, pero en una remontada genial el suizo se llevó el título.

Posteriormente comenzó su gira por Norteamérica y el español no podría estrenar su palmarés esta temporada por aquellas tierras. En el torneo de México caería en la final ante Sam Querrey; pero lo más extraño pasaría en Indian Wells y el Open de Miami. En el primer Masters 1.000 del año perdería en octavos ante Federer, cuando ya nadie pensaba que se enfrentarían una vez más, por edad y porque otros estaban dominando en lo más alto, este año ya llevaban dos enfrentamientos; y poco después en Miami ambos se volverían a ver las caras en la final, perdiendo nuevamente ante el helvético.

El giro para Nadal llegaría con el comienzo de la gira en arcilla. Rafa encadenaría tres torneos consecutivos ganando e imponiendo nuevas marcas en el mundo del tenis. En el Masters 1.000 de Montecarlo conseguiría su título número 10 de este torneo, al vencer a Albert Ramos, y se convertía en el primer tenista en lograr ganar 10 veces un torneo. Luego se impondría en Barcelona, contra Domic Thiem, para ganar también su décimo título de este certamen. Y finalmente, se quedaría con el triunfo en el Masters 1.000 de Madrid al vencer nuevamente a Thiem, y con eso igualaría a Novak Djokovic como los únicos en ganar 30 títulos de Masters 1.000.

Antes de participar en el Roland Garros, caería en cuartos en el Masters 1.000 de Roma en su tercer enfrentamiento en torneos consecutivos contra Thiem. En el segundo Grand Slam del año, el de Manacor demostraría porque es considerado por muchos expertos como el mejor tenista en tierra batida de la historia. Cada partido era una clase magistral de dominio, velocidad, precisión y resistencia. Nadal cosecharía su décimo trofeo en el Abierto francés siendo el primero en ganar 10 veces un mismo Grand Slam, después de derrotar a Stan Wawrinka en gran forma.

El estreno del español en la temporada de hierba sería en el tercer Grand Slam de la campaña: Wimbledon. Pero no estaría en el mismo nivel que ofreció en arcilla, pese a eso pudo llegar hasta octavos donde sería derrotado por Gilles Müller. Tras el palo de Wimbledon se embarcó en la gira norteamericana de cancha dura, pero su condición física no estaba al tope y en su participación en los Masters 1.000 de Canadá y Cincinnati fueron algo decepcionantes.

En el primero fue eliminado por el joven de casa, Denis Shapovalov, en octavos; mientras que el segundo su verdugo sería Nick Kyrgios, en los cuartos de final. Pero a pesar de eso tomaría el número 1 en el ránking y de allí no bajaría. Sus malos resultados, pero su ascenso a la cima de la ATP hacían prever que lucharía con todo en el US Open para permanecer en lo más alto y vaya si lo hizo.

Durante el último Grand Slam del año desplegó una fortaleza física como la que no se recordaba en el tenista español desde hace año. Basándose en su zurda letal su buen juego desde el fondo de la cancha y su resistencia endiablada, logró superar un camino algo rudo para enfrentarse en una final muy sencilla ante Kevin Andersen y conseguir su decimosexto título de Grand Slam de su carrera.

Ya en la gira asiática su tenis siguió en un nivel superlativo. En el China Open Nadal batió a todos los rivales que se le pondrían al frente y conseguiría el trofeo al vencer a Kyrgios en una final sin muchos contratiempos. Este sería el sexto título del mallorquín en la temporada y el número 75 en su carrera profesional.

Los triunfos en el 2017 pararon al perder ante Federer en la final del Masters 1.000 de Shanghái; luego venciendo a Pablo Cuevas en cuartos del Masters 1.000 de París, pero retirándose del torneo por una lesión de rodilla; y finalmente, cayendo en su primer duelo del ATP Finals ante David Goffin, y abandonando la competencia porque su lesión persistió. Sin embargo, eso no le impediría finalizar en el número 1, con un récord de 67 victorias y 11 derrotas, seis títulos, y hazañas increíbles como la de ser el tenista de más edad (31 años) en acabar el año en la cima del ránking o de ser el primero en terminar la temporada en el primer lugar en cuatro años no consecutivos.

Nadal acumula 10.645 puntos y protagonizó uno de los regresos más emblemáticos, junto con el del mismo Federer de esta campaña, que se recuerden en la historia del tenis. Con el 2018 acercándose el español luchará por mantenerse arriba de todos y seguir ganando en gran forma.

Halep ejemplificó la estabilidad                                                                            

En un atípico para la WTA debido a la prolongada ausencia por su embarazo de quien ha sido la tenista más dominante en la historia de este deporte, Serena Williams, el tenis femenino se ha visto huérfano de una figura que tome el mando; no obstante fueron muchas las que lo intentaron y entre todas la rumana Simona Halep fue la que mejor pudo acomodarse en la punta del ránking.

Con tres récords impresionantes en el circuito femenino: más cambios de liderato en el tabla de clasificación, con siete; más jugadoras ocupando el primer lugar, con cinco; y también siendo el año con más debutantes en el número uno, con tres; fue la nacida en Constanza la que pudo sobreponerse a la inestabilidad y posicionarse finalmente en el número 1 de la tabla.

La irregularidad estuvo presente en una campaña que tuvo cuatro ganadoras distintas en los cuatro Grand Slams (Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open). Mostrando tenistas como Garbiñe Muguruza, Karolina Pliskova, Caroline Garcia o Venus Williams que fueron implacables durante algún momento de la campaña, pero el resto del tiempo las imprecisiones las hicieron caer. Halep fue todo lo contrario.

Pocas veces fue eliminada en las primeras de cambio y meterse constantemente a los cuartos de final, semifinal o finales la mantuvieron siempre en la pelea por llegar a la punta del ránking. Su campaña en arcilla donde encadeno semifinales en Stuttgart, final y título en el Masters 1.000 de Madrid, final y caída en el Masters 1.000 de Roma, y final y derrota en el Roland Garros, exponen como la rumana se mantenía en la lucha mientras otras combinaban grandes momentos con grandes lagunas.

Cierto es que su mayor hándicap fue no ganar ningún grande, de hecho nunca ha podido llevarse ningún Grand Slam en su carrera, y obtener un solo título Masters 1.000 en este 2017; pero también es verdad que enlazó 10 torneos seguidos llegando al menos a cuartos de final (Miami, Stuttgart, Madrid, Roma, Roland Garros, Eastbourne, Wimbledon, Washington, Canadá y Cincinnati) y lo más importante es que no desfalleció en los momentos claves cuando otras caían estrepitosamente.

En el China Open, tras el retiro de Muguruza en primera ronda, Halep solo debía llegar a la final para obtener el número 1 y la rumana no fallaría en su cometido al vencer en semifinales a Jelena Ostepenko, aunque no logró el título al caer ante Caroline Garcia el trabajo ya estaba hecho, por lo que consiguió amarrar el número de la WTA. En las Finales de Singapur no pudo avanzar de la fase de grupos; sin embargo su desempeño a lo largo del año, con 45 triunfos y 17 derrotas, y también la ventaja de los dos meses sin competición hasta enero la harán, con 6.175 puntos, la tenista que más semanas permanezca esta temporada en el número 1 (13 semanas).

A Halep le falto en muchas ocasiones dar ese paso definitivo que la catapultara a la grandeza, pero en un año de altibajos para muchas tenistas, a ella le bastó con dar pasos firmes bien medidos que la convirtieron en la más regular de un circuito femenino de muchos cambios.

Tanto para Nadal como para Halep 2017 fue un año en el que cosecharon grandes éxitos logrando ponerse sobre todos sus competidores. El próximo año la tarea será más dura y habrá que ver si con tesón y disciplina les bastará para mantenerse en el número 1 por una campaña más.

Source: Meridiano