Apilar piedras genera impactos negativos en el medio ambiente

Apilar piedras genera impactos negativos en el medio ambiente

Si durante siglos viajeros de todo el mundo dejaban su firma o un grafiti en lugares culturales relevantes, la última moda es dejar la propia huella en la naturaleza. La acumulación de piedras en zonas naturales, bosques, sitios de paso e playas como esta de la imagen en Lanzarote, inunda hasta las áreas protegidas dejando algunas consecuencias ambientales no tan positivas.

Es cierto que para algunas culturas asiáticas amontonar piedras es una representación del equilibrio emocional interior pero también lo es el hecho de que cada piedra esconde un insecto o una planta o liquen y al levantarla estamos dejando sin hogar a un pequeño ser, perturbando el equilibrio del ecosistema y la biodiversidad. Al remover los guijarros la vegetación desaparece con más facilidad, aumenta la escorrentía y la erosión y se contribuye a la pérdida de humedad del suelo. Si además, el sitio es Reserva de la Biosfera, como en el caso de Lanzarote y es una playa los problemas pueden ser varios: «La existencia de vegetación en zonas de alta salinidad está fuertemente relacionada a la presencia de rocas, y como consecuencia la existencia de insectos, así como la presencia de pequeños reptiles que utilizan las piedras y rocas como refugio. Alterar estos hábitats naturales con este tipo de acciones, aparentemente inofensivas, es más perjudicial de lo que creemos», explican desde el cabildo de Lanzarote.

El organismo ha puesto en marcha este verano una campaña de voluntariado para devolver las playas a su estado anterior, antes de que aparecieran nombres, corazones, espirales o pirámides hechos con los guijarros. Las piedras son retiradas manualmente con el apoyo de carretillas y serán trasladadas a distintos puntos cercanos de la playa y dispersadas de tal manera que se asemeje lo máximo posible a lo que sería su distribución natural.

Source: A tu salud