Gabriel Barbosa, el héroe del Flamengo que quebró una maldición

Gabriel Barbosa, el héroe del Flamengo que quebró una maldición

Samuel Aldrey /@SamuelAldrey

Un gesto osado, pavoso y, para muchos, uno de los tabús de las finales: tocar la Copa. Cuando saltó al césped del estadio Monumental de Lima, Gabriel Barbosa no pudo sostener sus impulsos, su deseo por aquel objeto reluciente y acarició la Copa Libertadores en la final contra River Plate el 23 de noviembre de 2019, aquella copa el Flamengo no la había visto en 38 años.

‘Gabigol’, su apodo, hizo ese acto bizarro antes de comenzar. Un gesto que expresa la confianza despojada de todos los temores de la frase: la copa se mira y no se toca. Este acto final fue la coronación definitiva para una temporada inmejorable para Gabriel Barbosa, pero vendría acompañada del oportunismo, la suerte y la voluntad inquebrantable que separa a las estrellas predestinadas a hacer historia de los que padecen las maldiciones de la vida.

Durante el partido contra River, el cronista Andrés Burgo de El País describió el juego: «hasta los 43 minutos del segundo tiempo, nada hacía prever que Gabriel Barbosa saldría con vida de la emboscada que le había tendido el River de Marcelo Gallardo». El delantero después de tocar la copa no parecía muy inspirado en la cancha.  No obstante, en solo tres minutos le dio la vuelta al partido.

El acto de héroe.

 «Minuto 89, el terror para River. En una  jugada desde la derecha de Giorgian De Arrascaeta la trayectoria del balón se alargó tanto que llegó a los pies de Gabigol quien logró el empate», narró Burgos. La euforia se apoderó de los hinchas rojinegros que no habían terminado de celebrar cuando, en el minuto 91, Gabriel aprovechó la pifia del zaguero Pinola y decidió la final con un disparo a bocajarro e imparable para el portero Armani. «En River, aún sin entender cómo dejaron escapar la gloria, solo dedicaron a llevarse las manos a los rostros tras el pitido final», cerró Andrés la crónica.

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El disparo del segundo gol de Gabriel, el tiro que fusiló a Armani /Foto: Raul Sifuentes (GettyImages)

La imagen de ‘Gabigol’ al celebrar esos goles quitándose la camiseta, mostrando su nombre y su número, el 9, fue un mensaje para la historia: nadie olvide nunca al autor de la hazaña. Al igual que Zico en 1981 contra Cobreloa, también un 23 de noviembre, Gabigol marcó los dos goles de la victoria del Flamengo en la final de la Libertadores y quebró la superstición más antigua del fútbol: la copa se mira y no se toca. 38 años después ‘Gabigol’ la tocó antes del partido, la miró durante el partido y la besó al final de todo.

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La icónica celebración de ‘Gabigol’ en la final de Libertadores / Foto: Raul Sifuentes (Getty Images)

Marinho padeció la maldición.

En la final del Santos contra Palmeiras del año pasado Marinho, estrella del ‘Peixe’ pensó que la maldición la había roto Gabriel Barbosa y que aquella superstición ya no afectaba a los jugadores brasileños.

Marinho después de hacer semejante acto de valentía no tuvo el destino glorioso de ‘Gabigol’, sino que le cayó la maldición. Para los aficionados fue el villano de la Copa Libertadores 2020, después de revivir la maldición de la copa. Palmeiras se coronó gracias a un gol de último minuto en un partido que ofreció más bostezos que aplausos.

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El momento en que Marinho toca la Copa Libertadores en la final del 2020 / (EFE)

 La final de esta tarde.

 La final de la Copa Libertadores de este 24 de noviembre a las 4:00 p.m,  será brasileña. Flamengo, que había ganado 2-0 el partido de ida en el Maracaná, venció por el mismo marcador a Barcelona de Guayaquil en Ecuador y así se aseguró su lugar para la gran final ante Palmeiras.

El Verdão aseguró su puesto en la final ante el Atlético Mineiro de Jefferson Savarino. El partido de ida quedó 0 a 0 y en la vuelta, en el estadio de Mineiro, el Palmeiras empató 1 a 1, el gol de visitante le dio el pase.

La final del día de hoy se disputará en el estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.

Source: Meridiano