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Trey Mancini y Buster Posey tuvieron un regreso mágico en 2021

Gonzalo Urgelles R.
@GnzaUrglls

Fueron anunciados los ganadores del premio al Regreso del Año en las Grandes Ligas. Trey Mancini de los Orioles de Baltimore, y Buster Posey, de los Gigantes de San Francisco, fueron los elegidos.

La temporada de Mancini es para enmarcar; primero por lo destacada de su labor, y segundo por el hecho de ser un superviviente del cáncer. Por su parte, el recién retirado Buster Posey cerró una de sus mejores temporadas en Grandes Ligas, para cerrar con broche de oro una carrera excepcional.

Mancini se perdió todo el 2020 para someterse a un tratamiento para atacar un cáncer de colon en Etapa 3, que le fue diagnosticado en marzo de ese año. Se sometió a una cirugía para remover el tumor y a quimioterapia por seis meses, regresando para los entrenamientos del 2021 libre de cáncer.

Posey también se ausentó en 2020, por decisión propia, como una medida de prevención en contra del COVID-19. Regresó para liderar a sus Gigantes en una impresionante temporada, en la que sorprendieron a propios y extraños con 107 triunfos.

Trey Mancini

El inicialista de 29 años tuvo un regreso de ensueño, con 21 vuelacercas, 71 carreras empujadas, por 77 anotadas, y .255 de promedio con el madero.

Además, el nativo del estado Florida, conectó 33 dobles, bateó un total de 142 hits y tomó 51 pasaportes, para dejar un porcentaje de embasado de .326.

Mancini dividió su tiempo de juego entre la primera base y el rol de bateador designado de los oropéndolas.

Durante la temporada 2021, el jugador no vio acción en los jardines.

Buster Posey

Desde 2015, los números de Buster Posey venían en descenso. Las dolencias y los problemas físicos venían pasándole factura con bastante frecuencia; de hecho, el jugador confesó que a sus 34 años ya le estaba siendo muy cuesta arriba mantenerse detrás del plato, y que constantemente sufría de dolores en las piernas y espalda.

Todo parece indicar que el receso de 2020 le sirvió para cargar energías, para recuperarse al 100% y sobre todo para meditar sobre su futuro.

Posey regresó para una última cruzada, donde le tocó liderar un año extraordinario para los californianos. Antes de colgar los aperos, las chigalas, la careta, el peto, la mascota y los spikes, Posey regaló a sus fanáticos –y a sí mismo– un último baile de primer nivel, en el que pudo volver a ser el jugador que un día fue.

Volvió a ser un bateador de 300 puntos de promedio (.304), sacudió 18 estacazos, empujó 56 rayitas y anotó 68. Además, dejó .390 de porcentaje de embasado.

Luego de eso, y de su paso por los playoffs, se acabó; Buster Posey es oficialmente un jugador retirado, con un futuro cercano en Cooperstown.

Source: Meridiano