En estas situaciones de crisis hay determinadas personas que pueden ser más vulnerables y entre ellas desde luego están las que sufren algún problema relacionado con su salud mental y particularmente si padecen depresión. Los sentimientos de tristeza, cansancio y desesperanza, no son absoluto buenos consejeros en estos momentos.
Hay algunas cosas que se podrían hacer para minimizar el impacto emocional de esta situación de confinamiento e incertidumbre. La primera de la lista sería continuar con su tratamiento habitual. Por supuesto el farmacológico, es un tratamiento que ahora quizás más que nunca, deberían asegurar su correcto cumplimento. Por otro lado, si estaban en tratamiento psicoterapéutico, sería bueno buscar la forma de poder dar continuidad a ese apoyo emocional. Las nuevas tecnologías nos van a facilitar estar cerca de los pacientes que nos necesiten, sin alterar el confinamiento. A veces un contacto telefónico puede ser suficiente, otras veces podemos hacerlo con una videollamada. en realidad se tratar de adaptarnos a las circunstancias. Es importante tener en cuenta que estas medidas deben ser consultadas con un profesional y valoradas individualmente.
Por otro lado, es importante mantener una rutina diaria. Evitar prolongar las mañanas metidos en la cama, lo que solo nos llevará en no mucho tiempo a invertir nuestro ritmo de sueño-vigila, y terminaremos desvelados por las noches y con mucho sueño por las mañanas. Es muy fácil, cuando nos sentimos vulnerables, “meternos en la cama”, pero luego no va a ser tan sencillo salir. Ligado a esto, tenemos que descansar suficientes horas, pero tampoco demasiadas, tan malo es dormir poco como en exceso. Tratemos de llevar también un orden en las comidas, si la semana pasada comíamos a las 14:00, ¿por qué no seguir comiendo a esa hora? Evitar comer entre horas o canalizar el aburrimiento en la nevera. Mantengamos una rutina de sueño y de alimentación.
El ejercicio físico es un pilar importante en nuestra salud mental, por ello es recomendable hacer algo de ejercicio regular, y adaptado a las condiciones previas de cada uno. Estar confinado en casa no debe ser una excusa para no hacer algo de ejercicio diario. De esta manera nos mantendremos sanos física y mentalmente.
El apoyo social también nos va a ayudar a gestionar estos días. Debemos mantener el contacto con familiares y amigos, por supuesto en la distancia y para eso la tecnología nos va ayudar. También es efectivo con los más mayores, solo tenemos que enseñarles a usar su smartphone que les ofrece un sinfín de posibilidades de comunicación con los demás sin salir de casa. Así nos sentiremos acompañados, aunque sea en la distancia.
Debemos mantener una actitud positiva ante la situación, nuestra mente reacciona a las valoraciones que hacemos no a las circunstancias en si mismas. Algo solo es estresante, si lo percibimos como estresante. Con el constante bombardeo de noticias, mensajes, whatsapp,… es difícil mantenerse al margen del ruido, pero desde luego debemos tratar de hacerlo. Vamos a mantenernos informados, pero no sobreinformados. Para ello busquemos fuentes de información de confianza y no cualquier mensaje o tweet mas o menos sensacionalista.
Y por ultimo vamos a tratar de cuidarnos un poco más, es importante llevar a cabo las medidas de autocuidado que nos están recomendado, relacionadas con la higiene de manos, no salir de casa salvo para lo imprescindible,… y también porque no, procurémonos algún capricho, un baño relajante, ese libro que teníamos pendiente desde hace semanas o ese curso online que nos apetecía hacer pero no encontrábamos el tiempo para hacerlo.
Si a pesar de lo anterior, no nos encontramos bien, siempre queda la posibilidad de consultar con un profesional, el mundo cambia, pero no se para, ni se parara.
Source: A tu salud