Madrid se ha convertido, por méritos propios, en punta de lanza de la vanguardia y de la excelencia sanitaria, gracias a su vasta red de hospitales públicos, complementada con una extensa lista de centros investigadores, que ejercen con notoriedad la Medicina del siglo XXI, caracterizada por la personalización de los tratamientos y la especialización de los equipos profesionales.
Con esa veteranía a sus espaldas, ahora la región da un paso de gigante para asumir el liderazgo del tratamiento oncológico de nuestro país. Y lo hace de una forma pionera en el mundo: la creación de la Red Oncológica Madrileña (ROM), un proyecto esbozado por la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón a partir del exitoso funcionamiento de la Organización Nacional de Trasplantes, que engarza a todos los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid y a sus centros de investigación en un mismo mimbre.
Todo ello con el proposito de fomentar la «superespecialización» de los equipos y situar al paciente en el epicentro del tratamiento oncológico para aumentar la eficacia y la eficiencia del modelo de atención sanitario actual, aprovechando todos los recursos a su alcance, pero también con el reto de garantizar la equidad de los afectados.
«La misión del proyecto es proporcionar una calidad asistencial excelente en toda la red, con protocolos similares, lista de espera mínima e igual en todos los centros y análogo acceso a equipos de expertos, innovación tecnológica, test diagnósticos moleculares, fármacos innovadores y ensayos clínicos, con independencia del lugar de atención de partida del paciente», según fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que hacen referencia al Plan Estratégico de la Red Oncológica Madrileña, que previsiblemente se hará público esta semana.
Un modelo integrado
La unión hace la fuerza, más aún cuando se trata de remar juntos hacia una meta común: curar el cáncer. Pero sin coordinación, el potencial de esa adhesión pierde fuelle. Y esa es precisamente la filosofía bajo la que nace ROM: «El trabajo oncológico que se hace en la Comunidad de Madrid ya es muy bueno, aunque hemos detectado, lamentablemente, que cada uno de los hospitales trabaja bien, pero sin ningún tipo de comunicación con el resto de centros. Es como si tuviéramos un gran número de islas muy poderosas, pero sin puentes entre ellas que las unan», explica Eduardo Díaz Rubio, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Clínico San Carlos y asesor del Instituto de Humanidades y Ciencias de la Salud Gregorio Marañón, que está llamado a convertirse en el coordinador de la nueva Red Oncológica Madrileña.
La mayor novedad que supone esta iniciativa es que propone «interconectar a todo el sistema sanitario madrileño creando un circuito único, tanto para el paciente como para los profesionales sanitarios e investigadores. De esta manera, pasaremos de trabajar con un modelo vertical y aislado para hacerlo de forma transversal y coordinada, lo que nos permitirá ser más funcionales y eficientes, gracias a la integración de recursos, de personal y de investigación», asegura Díaz Rubio.
Así, la diferencia respecto al modelo de trabajo actual reside en que, ante tumores complejos o en casos menos habituales en los que haga falta un procedimiento muy específico o una prueba determinante, «el criterio será buscar en qué lugar de la red puede tratarse esa persona de manera más eficiente, teniendo acceso a los ensayos clínicos que se estén desarrollando y en los que pueda encajar. Además, ese paciente estará acompañado en todo momento por la figura de un profesional sanitario de referencia que le guiará en el proceso. Será así como lograremos la excelencia en el tratamiento oncológico que nos hará únicos en el mundo», asegura Díaz Rubio, quien confía en que la excelencia de este sistema se traduzca, a largo plazo, «en unas tasas de curación superiores a las actuales».
El proyecto, que comenzará a ser una realidad antes del verano con protocolos para tratar cáncer de mama, pulmón, colon y sarcomas, está articulado en torno a la creación de cuatro polos oncológicos encabezados por los siete grandes hospitales públicos de la Comunidad de Madrid: La Paz y Ramón y Cajal como polo norte; 12 de Octubre en el polo sur; Gregorio Marañón y La Princesa como polo este, y Clínico San Carlos y Puerta de Hierro formando el oeste. Cada polo se integra, a su vez, por la suma de los diferentes centros hospitalarios que están en su radio geográfico, compartiendo entre todos atención y cuidados al paciente, infraestructura tecnológica y recursos investigadores.
Eso sí, dentro de cada polo se organizarán equipos especializados para el abordaje de procesos patológicos concretos, en función de la experiencia demostrada al respecto. De hecho, es aquí donde entra en juego el concepto de la «superespecialización», ya que está prevista la creación de centros de referencia compuestos por uno o varios hospitales dedicados a patologías que, por su baja frecuencia y por su alta complejidad, exijan una preparación específica.
Personalización
Así, tal y como advierte Díaz Rubio, «no se trata de derivar a los enfermos de cáncer a uno de los siete grandes hospitales de referencia, sino de trabajar de forma transversal, ya que la idea es que el paciente no pertenece a ningún centro, sino a toda la red. Este matiz es el que nos va a permitir aprovechar los recursos y la sabiduría de toda la infraestructura sanitaria de la Comunidad de Madrid de forma más ágil y sencilla a la de ahora, creando un circuito único para todos, sin importar por qué puerta haya entrado».
De esta manera, el camino ante el que se enfrentará un paciente con cáncer será un itinerario estandarizado según el tipo de tumor que tenga, pero personalizado en función de las particularidades de su caso. «Esa ruta la decidirá un comité de profesionales multidisciplinar y siempre según criterios estrictamente médicos», puntualiza Díaz Rubio, quien recuerda que «en todos los servicios oncológicos ya se trabaja de forma eficaz, por eso, ante el diagnóstico de un cáncer prevalente lo normal será que el paciente pueda tratarse en su hospital habitual».
¿Por qué en la región de Madrid?
No es casual que un proyecto tan ambicioso como la Red Oncológica Madrileña haya germinado en la región. Por un lado, esta comunidad ha tejido en los últimos años unas condiciones económicas y fiscales muy seductoras para la atracción de capital y de talento.
Pero a eso se suma, también, otro ingrediente clave que no hay que desdeñar: la gran infraestructura sanitaria de la que dispone, con un magnífico plantel de hospitales públicos, pero también de centros privados de altísimo nivel. Sin olvidar, además, que Madrid es uno de los destinos turísticos más visitados de nuestro país, por lo que la excelencia en el tratamiento oncológico puede situar a la región en un destino sanitario de primer nivel y, por supuesto, en la cima de la Oncología mundial.
Source: A tu salud