El Programa del Paciente Frágil evita el deterioro funcional de las personas mayores

El Programa del Paciente Frágil evita el deterioro funcional de las personas mayores

Evitar el deterioro funcional en los pacientes mayores ingresados durante su estancia hospitalaria por una enfermedad o problema de salud es fundamental para que su situación funcional al alta sea lo más parecida posible a la que tenían en el domicilio de forma previa a su hospitalización. Éste es el principal objetivo del Programa del Paciente Frágil puesto en marcha en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (y replicado igualmente en los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba, todos ellos en la Comunidad de Madrid, «y lo que está consiguiendo en los alrededor de 700 pacientes incluidos en el programa entre los cuatro centros tan sólo unos meses después de su implementación, a tenor de los primeros resultados obtenidos», asegura Javier Martínez Peromingo, geriatra y coordinador de la iniciativa.

La necesidad de este programa responde a una evidencia científica según la cual más del 30% de las personas mayores empieza a sufrir deterioro de la movilidad o delirium durante las hospitalizaciones tan sólo 48 horas después del ingreso, debido a que el 95% del tiempo están en cama o en un sillón, reduciéndose a uno de cada cuatro pacientes los que caminan durante la hospitalización, pese a que menos del 5% tiene indicaciones médicas de reposo en cama.

«Todos los que trabajamos con personas mayores hemos visto pacientes hospitalizados que, aunque se curan de la enfermedad por la que ingresaron, cuando salen del hospital ya no caminan o se han vuelto incontinentes», explica el especialista. Este proceso está íntimamente relacionado con la fragilidad, un síndrome asociado al envejecimiento que se define por tener una reserva funcional disminuida y una mayor vulnerabilidad a situaciones de estrés como una hospitalización.

Actuación

Para luchar contra este riesgo, el Programa del Paciente Frágil se basa en tres pilares. La identificación precoz de las personas que más riesgo tienen de presentar deterioro es el primero de ellos. El programa se inicia cuando el paciente llega a Urgencias y tiene que ingresar en el hospital. En ese momento la enfermera determina cuál es su situación funcional en el domicilio mediante la aplicación de la escala de Barthel. Si el resultado de esa valoración es de entre 30 y 70 (dependencia leve-moderada), el paciente es incluido en el programa.

El segundo paso es aplicar una estrategia específica para evitar el deterioro funcional en el paciente. «Al pasar por un hospital como pacientes nos damos cuenta de que implica una adaptación a unos horarios (medicación, comidas, horas de sueño…) que no son los que la mayoría de las personas tenemos», apunta Martínez Peromingo, añadiendo que «esto que en un joven no deja de ser una molestia, en una mayor puede producirle un perjuicio, por lo que hemos tenido que adaptar nuestra forma de trabajar a esos pacientes, y no al revés».

Source: A tu salud