Beitia: "Voy al pabellón en ropa de calle para no caer en la tentación"

Beitia: "Voy al pabellón en ropa de calle para no caer en la tentación"

Este domingo la exatleta cántabra, de 38 años, debutó como corredora sobre asfalto en la II Carrera Go Fit Vallehermoso de Madrid, en la que cubrió 5 km en 29 minutos junto a otro campeón olímpico, Fermín Cacho, embajador, como ella, de la cadena de gimnasios. Por sus logros, están considerados los dos mejores atletas españoles de la historia.

«He engordado un kilo desde mi retirada, pero he bajado volumen, he perdido musculatura y he ganado algo de grasa. Ahora peso 72 kilos», precisó Beitia en una entrevista con EFE al término de la carrera madrileña.

«¿Algún capricho culinario? El único, prolongar las sobremesas y poderme tomar un gin-tónic con los amigos después de cenar. No tener la sensación de tener que irme a casa rápidamente».

Beitia no ha modificado sustancialmente su régimen. «No soy de comer nada grasiento», explica. «Al contrario, me encanta seguir comiendo sano, mantener un régimen saludable. Ahora, lo que antes era entrenamiento anaeróbico (esfuerzos cortos e intensos) y explosivo, ahora es más aeróbico (largos y suaves).

«Conste que me sigo levantando a la misma hora porque sigo trabajando», advierte. Beitia continúa acudiendo diariamente al parlamento de Cantabria, donde ocupa un escaño dentro del Grupo Popular.

Después de 27 años practicando el salto de altura, su organismo le exige mantener la actividad: «Muchos días el cuerpo me pide hacer ejercicio porque me levanto con dolores», reconoce.

«Las horas que antes ocupaba en el entrenamiento las dedico ahora a seguir haciendo atletismo o nadando. Los médicos me aconsejaron seguir haciendo algunas pesas para no perder la musculatura de golpe. Sigo entrenando por lo menos un par de días con el grupo, en el gimnasio, haciendo pesas con Saleta (Fernández, también saltadora de altura).

Pero el salto se acabó para ella. Hace cinco años, el 26 de agosto de 2012, después de ganar en las pistas pamplonesas de Larrabide su octavo título de campeona de España, Ruth anunció por vez primera su retirada, pero, aburrida en un otoño lluvioso, pocas semanas después regresó al pabellón de La Albericia, donde Ramón Torralbo, su entrenador de siempre, volvió a captarla para el atletismo.

Desde aquella fecha Beitia emprendió un ciclo asombroso de títulos y medallas internacionales que culminó el año pasado con el oro olímpico de Río.

«¿Saltar? Nunca más. Lo dejamos en el momento más bonito de nuestra historia y ya está. No tengo mono de listón. A veces voy a ver al grupo en alguna sesión de técnica de pretemporada y siempre voy en ropa de calle, a conciencia, para no caer en la tentación, por si me motivaba lo de volver a saltar, pero nada, cero», subraya.

«No tengo mono de listón. Mi carrera como saltadora ha terminado. Fue algo increíble. Tener la sensación de haber vivido una vida tan intensa con un despertar maravilloso. No tengo ningún listón en mi casa, porque miden cuatro metros y a ver dónde lo meto, pero sí uno de oro chiquitito», señaló.

Beitia ha tenido buen cuidado, en cambio, de conservar las zapatillas con las que ganó el oro olímpico. «Hubiera sido guay quedarme también con el listón pero es más largo que una pértiga y no hay donde ponerlo».

Ahora ha cambiado el impulso vertical por el desplazamiento horizontal. «No me lo puedo creer. Mi primera carrera sobre asfalto, porque cross hice de pequeña pero ha sido un placer correr la segunda Carrera GoFit Vallehermoso con mi compañero Fermín cacho, que me ha llevado perfectamente, junto con mi novio y un grupo de amigas, disfrutando muchísimo de Madrid. Atravesar el arco de Madrid de nuevo ha sido increíble».

«Fermín Cacho me ha enseñado cómo hay que correr, ahora a ver cuándo nos vamos a saltar. La felicidad se entrena, como dice el lema de mi camiseta», recordó.

El deporte, que ha presidido su vida desde los 10 años, sigue muy presente en su quehacer diario. «Estoy practicando tenis, patinaje, bicicleta por todos los carriles-bici de Santander y por el monte también, he subido mi primera montaña, he hecho padel-surf, senderismo, me encanta ver amanecer en Santander desde la Magdalena y correr algún día por la playa».

«Aparte de eso, algo de musculación y he descubierto el jumping, que consiste en una botas con una especie de media luna abajo, muy divertido». Dos semanas después de su retirada oficial, Ruth Beitia no tiene tiempo para aburrirse. EFE

Source: Meridiano