«Traumatismos, heridas, cansancio y frío serán las grandes complicaciones»

«Traumatismos, heridas, cansancio y frío serán las grandes complicaciones»

¿Qué le ha llevado a «apuntarse» a este desafío?

El Reto Pelayo Vida es una aventura llena de sentimientos con un mensaje arrollador, un proyecto redondo para caminar por los límites acompañando a unas mujeres valientes que durante su enfermedad ya los habían traspasado. El esqueleto es una expedición extrema. Desde el principio, Quirónsalud entendió que la mejor manera de estar ahí era siendo lo que somos: médicos. Así surgió la idea de formar el Servicio Médico Oficial del Reto Pelayo Vida: para solucionar los problemas médicos, sobre todo traumatológicos, ineludibles en estas aventuras. Un médico puede solucionar muchos de ellos con el objetivo de llegar al final. La idea encajaba con mi labor como traumatólogo, con mi experiencia previa en otras expediciones, con la intención dedicada al paciente de este proyecto y con la atracción infantil a lo desconocido.

¿Cómo valora su grado de dificultad con respecto a los anteriores?

El de este año es un verdadero reto. Nuestras mujeres caminarán más de 200 km sobre glaciares, remarán 100 km en kayak… Tendrán que transportar equipos pesados de invierno, trineos y todas la vituallas necesarias para las casi tres semanas que pasaremos en el hielo. Estaremos aislados, en tierras no habitadas y sin apoyo externo, durmiendo a la intemperie. Ni medios mecánicos, ni perros, sólo nosotros. Todo esto en el Ártico. Creo que el grado de dificultad es muy alto y, si el tiempo nos castiga, podría ser insoportable. El grado de exigencia físico y psicológico será alto para todas ellas.

Usted las acompañará al Polo. ¿Se ha preparado físicamente?

Todos los que vamos hacemos deporte y para este reto hemos seguido unos entrenamientos diseñados especialmente para la ocasión. El tiempo necesario para el entrenamiento ha sido mi principal enemigo. Además de esto: carrera, bicicleta y un poco de montaña. La evaluación del nivel de rendimiento deportivo de nuestras expedicionarias se ha realizado en los hospitales de QuirónSalud con objeto de cuantificar su grado de preparación y la adecuación a un reto de estas características.

¿Y cómo ha sido ese entrenamiento previo?

El entrenamiento físico ha tenido una parte de ejercicio aeróbico y otra destinada a mejorar la potencia y fuerza muscular. En el entrenamiento hemos incluido también técnicas de supervivencia en el Ártico y técnicas de paleo para el kayak.

¿Cuáles son las principales complicaciones médicas que podrían presentarse en la expedición?

Es una prueba deportiva en un terreno congelado de orografía peligrosa por la presencia de grietas en el hielo, corrientes de agua superficiales, hielo vivo y climatología probablemente adversa. Lo más frecuente son los traumatismos (contusiones, fracturas, lesiones ligamentosas) y las heridas. El factor frío nos amenazará con congelaciones e hipotermias, aquí la preparación y la profilaxis es lo más importante. Por la duración de la travesía en el hielo el factor cansancio y los cambios del ritmo sueño-vigilia serán elementos a considerar.

Y, ¿qué llevará en el botiquín?

Un poco de todo: una parte para tratamientos quirúrgicos y otra para farmacológicos (analgésicos, antibióticos…), la lista es larga. El hecho de tener que cargar con el botiquín ha limitado mucho su extensión. Ha sido difícil su preparación ya que no podemos llevarnos todo un hospital. Es una expedición donde hay que medir la probabilidad de lo que podamos necesitar, los riesgos y las incertidumbres.

En la preselección hicieron un reconocimiento médico a las candidatas. ¿Qué cuestiones han tenido en cuenta a la hora de elegirlas?

Son mujeres que han tenido cáncer y en la actualidad están libres de enfermedad. Hemos buscado una buena base de preparación física y mental que pudieran realizar el entrenamiento. Entre las preseleccionadas se valoró su forma de trabajo en equipo en pruebas de montaña que se realizaron. Pero lo que quizás más peso ha tenido es la historia personal de cada una, su espíritu, su capacidad de transmitir un mensaje, su coraje y la generosidad necesaria para regalar esta experiencia a otros enfermos.

Se van a enfrentar a condiciones extremas. ¿Pueden éstas afectarles de forma especial por el hecho de haber superado un cáncer?

Aunque nuestras valientes están curadas, el cáncer y los tratamientos médicos y quirúrgicos dejan huellas más o menos importantes. La pérdida de masa muscular, las alteraciones hormonales, los procesos reconstructivos quirúrgicos inacabados y las secuelas de algunas cirugías jugarán en su contra. Pero, a pesar de todo, nadie caminará en su nombre, lo harán ellas mismas y este es uno de los platos fuertes de este reto.

¿Se requiere algún tipo de condición física especial?

Después de describir lo que vamos a hacer, está claro que necesitamos a mujeres deportistas y dispuestas a prepararse. Pero lo que es muy importante es estas expediciones es la obstinación, la energía y la claridad con la que todas ellas ven posible lograrlo.

¿Y han entrenado la parte psicológica?

Este tema me lo he tomado muy en serio ya desde anteriores retos. Cuando se les pregunta a ellas su percepción general es que haber pasado un cáncer las ha fortalecido tanto que ya sólo les quedaba entrenar su cuerpo. Aunque esto es verdad, el reto es un proyecto de equipo y siempre quedan asuntos por pulir antes de comenzar la expedición. La convivencia en situaciones extremas es un factor a cuidar para que todo salga bien y organizamos talleres de preparación psicológica que tuvieron muy buena aceptación.

Source: A tu salud