Romero, un ejemplo de regularidad con Táchira

Romero, un ejemplo de regularidad con Táchira

Héctor Rojas | @HectorRojas23

En un calendario tan congestionado es normal que un entrenador realice rotaciones, o sino un jugador se puede perder un compromiso por suspensión al llegar a la cuarta tarjeta amarilla. Giovanny Romero, defensor central del Deportivo Táchira, es la excepción a la regla.

“Esa constancia se logra con mucho trabajo a la calladita. Trabajando antes y después de los entrenamientos, al igual que también cuidando mucho mis hábitos alimenticios”, comentó de entrada Romero.

La  cuenta de twitter @SoccerDataVEN resaltó que Romero llegó el pasado miércoles ante Trujillanos a 75 partidos de forma consecutiva disputando juegos de primera división sin ser reemplazado.

La última vez que se perdió un partido por suspensión, Romero vestía los colores del Zulia y su equipo empató a cero ante Carabobo (1-11-2015) por el Torneo Adecuación. 

Rutinas que se aprenden con el tiempo. Al igual que otros jugadores, Romero aprendió con el tiempo como podía complementar la preparación física más allá de los entrenamientos.

“Ojalá hubiese aprendido esto desde temprano en la carrera. Cuando estuve en el Caracas me entregaba a fondo en los entrenamientos, pero no me cuidaba tanto como lo hago hoy en día con la alimentación”, relata.

Su esposa María Silvia Sugis, con quien tiene 10 años de casado, lo ayuda en todo lo referente a la alimentación. “Ella ha realizado cursos de nutrición deportiva y está mucho más empapada que yo con respecto al tema, es la que me ha inculcado tomar agua todo el día en vez de gaseosas, así como también el tema de los vegetales en los almuerzos. Nunca puede faltar un brócoli, un coliflor o una batata, por más que no sean los alimentos más sabrosos tengo que aceptarlos porque me hacen mucho bien”.

Aunque por ser descendiente de familia italiana, a Romero le cuesta rechazar una buena pizza después de los partidos. “Siempre hace falta un buen churrasco, una buena hamburguesa o una pizza porque el cuerpo lo necesita por el desgaste”, subrayó. 

El trabajo no tan silencioso. Romero recuerda que fue al llegar a Mineros cuando tomó el gimnasio como un trabajo complementario más allá del trabajo realizado en las canchas.

“En Mineros observé a Luis Vallenilla Pacheco, quien con 37 o 38 años de edad acudía todos los días al gimnasio y corría más que cualquiera de los chamos. Junto con (Jhon) Chancellor que en ese entonces era un juvenil, fuimos agarrando la manía de ir todas las tardes, hacer algo de pesas y de velocidad. En ese momento tendría 26 o 27 años”, recordó.

Además de Vallenilla Pacheco, Romero mencionó a Fabián Bazán como otro de los personajes claves para su carrera. “Cuando estuve en la selección de la mano de César Farías, el preparador físico Fabián Bazán siempre me decía que uno o dos kilitos por debajo de lo que tenía me iba a ayudar muchísimo en la parte física y lo fui entendiendo con el tiempo”.

El presente. Giovanny confesó que otra de las claves de esa regularidad es lo que hace antes y después de los entrenamientos.

“Trato de ser uno de los primeros que llega junto con Gerzon (Chacón) y realizamos 25 o 30 minutos de pesas. Luego de las prácticas me pongo a trabajar algunos centros con los laterales; cuando estaba Nahuel (Ferraresi) con nosotros trotábamos 10 o 15 minutos por fuera y con Yuber (Mosquera) y (Daniel) Benítez trabajamos velocidad con el preparador físico. Uno no cuenta con 18 o 20 años, por lo que se debe procurar alargar la carrera de la mejor manera que se pueda”, remató.

 

Source: Meridiano