Hidratación, escudo para una buena salud

Hidratación, escudo para una buena salud

Hace calor. Y aunque nos parezca sofocante, entra dentro de lo normal en pleno verano. Pero eso no significa que haya que descuidarse, pues los problemas de salud pueden multiplicarse si no hay una buena hidratación. «Es esencial mantener la ingesta de distintos tipos de bebidas, principalmente agua, siempre como primera opción, y de alimentos que contentan un elevado porcentaje de agua, ya que es necesario reponer de forma constante las pérdidas de sales minerales», asegura Lluís Serra-Majem, director de la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación (Cieah).

Pero esto no siempre se cumple. Según el XII Panel de Hábitos Saludables de Herbalife Nutrición publicado esta semana, sólo el 20% de los españoles afirma beber entre dos y tres litros de líquido diario, a pesar de que la cantidad de agua necesaria para prevenir la deshidratación en adultos es de dos litros en mujeres y de 2,5 en hombres. De hecho, sólo el 74% de los españoles asegura que el agua es el fluido que más consume diariamente, seguidos de los refrescos (11%) y los zumos (5%). Esta tendencia también la confirma la última encuesta on-line elaborada por Brita entre más de 800 usuarios, donde se concluye que sólo un 23% de los participantes bebe suficiente agua, mientras que el 75,4% apenas llega a ingerir los dos litros al día.

Las necesidades de agua varían de una persona a otra, «según la edad, el tipo de dieta, la actividad física realizada, las condiciones ambientales, los hábitos y los problemas de salud que el individuo padezca», apunta Serra-Majem.

Peligroso

La exposición a temperaturas ambientales muy elevadas puede alterar las funciones vitales y provocar importantes problemas de salud como deshidratación, lipotimia o cuadros más graves de golpe de calor. Incluso, puede afectar a la salud cardiaca, «ya que el calor es una causa habitual de hipotensión », asegura Ana Alegría, especialista en Cardiología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, quien recuerda que, «aunque el calor no es en sí un factor de riesgo cardiovascular, puede afectar en mayor medida a las personas que sufren arritmias, cardiopatía isquémica o insuficiencia cardiaca». Y es que, tal y como recuerda Serra-Majem, «la mayoría de las enfermedades, crónicas o no, pueden empeorar si no nos hidratamos correctamente. Es decir, si nos deshidratamos, agregaremos a la enfermedad de base los síntomas de la propia deshidratación: caídas, desorientación, deterioro de la función cognitiva (confusión), menor rendimiento físico, dolor de cabeza, fatiga, ojos hundidos, piel seca y menos elástica… Si la deshidratación persiste, el volumen de sangre circulante puede disminuir, produciendo hipotensión, taquicardia, pulso filiforme débil, manos y pies fríos y oliguria (disminución de la diuresis). Estos síntomas de deshidratación son los prolegómenos de un shock hipovolémico que, si no se corrige, puede conducir a una insuficiencia orgánica y a la muerte», detalla Serra-Majem.

Dieta hidratante

La prevención es la mejor herramienta para evitar la deshidratación. Entre el 70-80% de la hidratación se obtiene a partir de las bebidas, mientras que el 20-30% restante proviene de los alimentos. Pero, ¿cómo debe ser una buena dieta hidratante? «El agua, el té y el café sin azúcar añadido, los refrescos sin azúcar, las bebidas con sales minerales, la limonada y los zumos de verduras juegan un papel importante, ya que tienen un contenido de agua de entre el 85% y el 100%», aseguran desde la Cieah. En cuanto a los alimentos, «los más recomendados son frutas y verduras frescas en ensaladas, purés o sopas frías, como gazpacho, un zumo de tomate o la vichissoise», aconseja Serra-Majem.

Otras opciones más novedosas son, por ejemplo, «enriquecer» el agua. Silvia Sanjosé, autora del libro «Aguas Detox» de la editorial Comanegra en colaboración con Brita, recomienda «preparar bebidas naturales a base de agua de calidad, libre de impurezas, acompañada de rodajas de frutas hidratantes y refrescantes, como la fresa, que ayuda a mejorar el bronceado; la sandía, compuesta por un 94% de agua, o el melón, rico en vitamina C y minerales». Otra novedosa manera de mantener un buen nivel de hidratación es el agua de coco, que contiene electrolitos esenciales como potasio, calcio, sodio, magnesio y fósforo que ayudan a la reposición de los minerales perdidos. «El agua de coco es conocida como la bebida isotónica de la madre naturaleza, aporta una gran cantidad de energía saludable a nuestro cuerpo sin acudir a azucares añadidos ni otros concentrados», asegura Kike Carcelen, director de Marketing de Vita Coco.

Source: A tu salud