Una oportunidad perdida para los medicamentos genéricos

Una oportunidad perdida para los medicamentos genéricos

El pasado 25 de septiembre el Pleno del Congreso de los Diputados rechazó una proposición de ley dirigida a impulsar el uso de medicamentos genéricos, dejando pasar así la oportunidad de iniciar en la Cámara Baja un debate en profundidad sobre estos fármacos y su decisiva contribución a la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). La iniciativa legislativa presentada por Unión del Pueblo Navarro (UPN) abría una oportunidad para analizar nuevas medidas de contribución de los medicamentos genéricos a la prestación sanitaria sin mermar lo innegociable: la calidad, la seguridad y la eficacia de los tratamientos. No contó, sin embargo, con el apoyo suficiente para salir adelante a pesar de que todos los grupos parlamentarios reconocen el valor de los medicamentos genéricos y de la industria farmacéutica que los desarrolla como uno de los principales motores económicos e industriales del país.

Los medicamentos genéricos salen al mercado cuando caduca la patente del fármaco de marca, tras diez años de comercialización en exclusiva. Medicamentos genéricos y medicamentos de marca contienen el mismo principio activo, la misma dosis y la misma forma farmacéutica. Y, lo más importante, son iguales en eficacia, seguridad y calidad. Su uso lo aprueban las mismas agencias reguladoras con idénticos criterios, requisitos y garantías: la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y la Agencia Europea del Medicamento, tras demostrar previamente, a través de rigurosos estudios, que han replicado la estructura química del producto de marca.

¿La diferencia? Los medicamentos genéricos salen al mercado con un precio un 40% menor que el medicamento original. Su presencia, además, favorece que los medicamentos de marca bajen también sus precios para ser más competitivos. Ninguna marca bajaría voluntariamente el precio si no hubiera genéricos. Un ejemplo: con lo que costaba, hace 15 años, tratar a un paciente con simvastatina (fármaco destinado a reducir los niveles anormalmente elevados de colesterol), hoy se trata a 23 pacientes.

Para eso (nada más ni nada menos) sirven los medicamentos genéricos: para proporcionar tratamientos asequibles para muchas enfermedades, facilitando el acceso a medicamentos esenciales y ampliando la cobertura para personas que, en otras circunstancias, no podrían realizar un tratamiento. Igualmente, para generar un mercado de competencia que favorezca la regulación de los precios de los fármacos. Así, en los últimos años, el uso de medicamentos genéricos ha producido un ahorro medio anual de más de 1.000 millones de euros.

Mil millones de euros anuales de ahorro que han permitido al sistema sanitario disponer de más recursos para invertir en otros ámbitos y que ahora peligra pues, al contrario de lo que ocurre en los países del entorno europeo y en Estados Unidos, en España el uso de medicamentos genéricos lleva tres años estancado. Una situación que, de no revertir en el medio plazo, generará riesgo en el control del gasto público en medicamentos originando un sobrecoste en la factura sanitaria que pondrá en jaque la sostenibilidad del sistema sanitario y el acceso de los pacientes a los medicamentos. ¿Con qué recursos, por ejemplo, se hará frente a una demanda creciente de medicamentos derivada de pacientes que viven más tiempo y del aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas?

La iniciativa legislativa presentada en el Parlamento buscaba dotarnos de las herramientas necesarias para que el uso de genéricos en España, donde actualmente suponen sólo un 40% de las unidades del mercado total, alcanzase niveles iguales o similares a los registrados en la Unión Europea (con una cuota de mercado del 65% y creciendo). Su rechazo supone, sin duda, una nueva oportunidad perdida para garantizar la sostenibilidad del SNS y también para impulsar el desarrollo de un sector industrial comprometido con el crecimiento de nuestro producto interior bruto (PIB). Siete de cada diez medicamentos genéricos consumidos en España se producen dentro de nuestras fronteras.

Con una historia de más de 20 años en nuestro país, los medicamentos genéricos contribuyen al desarrollo de la economía española a través de la creación y mantenimiento del empleo, de la producción, de la inversión en innovación y desarrollo, y de las exportaciones. Son, además, uno de los instrumentos que más influyen en el avance de la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos originales. Si las patentes no caducasen y no existiese o se redujese la presencia de genéricos en el mercado, la necesidad de investigar nuevas moléculas sería mucho menor.

Aprovechar todas las posibilidades que ofrecen los medicamentos genéricos requiere una revisión de las medidas legislativas sanitarias y económicas adoptadas en los últimos años. Y que nadie se lleve a error: los medicamentos genéricos no compiten con los medicamentos de marca, se complementan. No podemos seguir dejando pasar oportunidades poniendo en riesgo nuestro sistema sanitario.

Source: A tu salud