Toda el agua es bendita

Toda el agua es bendita

Los lectores de La Razón saben que en el verano que ya acabará pronto, tuvimos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo

(UIMP) un «Encuentro sobre el Agua», ese matrimonio molecular tan importante: H2O, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Con esos fundamentos, hoy vamos a referirnos a la importancia de los recursos hídricos, con cinco reflexiones muy especiales, como se verá:

1ª. Hay que llamar la atención sobre el agua, un elemento tan sencillo y precioso, cuyo acceso para muchos es lamentablemente difícil, si no imposible. Y, sin embargo, el agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal. Porque determina la sobrevivencia de las personas, y el ejercicio de los demás derechos.

2ª. El agua nos invita a recordar nuestros orígenes. El cuerpo humano está compuesto de ella en su mayor parte, y muchas civilizaciones han surgido en las orillas de los grandes cursos fluviales.

3ª. Pensando en su papel en la creación evolutiva y en el desarrollo humano, es necesario dar gracias a la Providencia por la «hermana agua»: sencilla y útil para la vida del planeta como ninguna otra cosa.

4ª. También tenemos que meditar sobre los océanos y los mares, con el deber de preservarlos. Son un don maravilloso de grandes masas de agua y de cuanto contienen (algas, cetáceos, peces, etc.).

5ª. No podemos permitir que esos océanos y mares se llenen de extensiones inertes de plástico flotante y de toda clase de otros desechos. Hemos de comprometernos, con mentalidad activa, al trabajo de devolverlos a su prístina claridad.

Las cinco reflexiones transcritas, no son del habitual autor de esta columna, «Planeta Tierra». Proceden del mensaje que el Papa Francisco envió a la «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», el pasado 1 de septiembre. Gracias, Santidad, por su importante contribución a nuestro planeta en un Antropoceno lleno de abusos y peligros.

Source: A tu salud