Una guía que acompaña a los celíacos en sus viajes

Una guía que acompaña a los celíacos en sus viajes

El hecho de ser celíaco supone «un desorden sistémico con base inmunológica en la que se reacciona de forma inadecuada frente al gluten», explica Juan Ignacio Serrano, doctor en Biología y responsable de investigación y formación en la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten (ACSG). Con esto pretende desligar la celiaquía de la categoría de intolerancia y dar importancia a los hábitos de vida que deben llevar las personas que sufren de una enfermedad celíaca: «A día de hoy no hay medicación, la única forma de controlarla es a través de la dieta. No se debe tomar gluten nunca, sino no sirve», insiste Serrano. Por esta razón, la asociación madrileña ha puesto en marcha un proyecto con el objetivo de motivar a las personas celíacas a llevar una vida normal fuera de casa y perder el miedo a viajar. «Recibimos numerosas llamadas en la época vacacional demandando pautas básicas. Por esto surge la campaña “Una opción sin gluten, pero segura”», alega Blanca Esteban, responsable de Seguridad Alimentaria en ACSG.

A pesar de que cada día el número de locales que disponen de una opción sin gluten en su menú va en aumento, no siempre se garantiza que en las cocinas no aparezca una contaminación alimentaria. La asociación ha trabajado en una serie de colaboraciones con hoteles y restaurantes en los que se imparten cursos de formación que resuelven cómo actuar a la hora de tratar con una persona celíaca: «A través de estas colaboraciones se forma a todo el personal y el local gana el “sello”», explica Esteban. Sin embargo, recalca la importancia de que el paciente conozca su propia situación y que, además de avisar sobre la misma, sea capaz de trasmitir la manera adecuada de actuar para su caso concreto. En la guía se dan consejos sobre cómo proceder si en el establecimiento lo desconocen. «De cualquier forma –añade Esteban–, no hay que enfadarse si en el restaurante se niegan. Muchas veces pueden hasta estar haciéndonos un favor si hay un riesgo de contaminación muy alto». Para esas ocasiones es necesario tener previsto un plan B, sobre todo en el momento de hacer un viaje, ya que no se tiene por qué conocer con exactitud la zona y sus opciones. Desde ACSG sugieren a los celíacos ponerse en contacto con la asociación del lugar y pedir información sobre dónde ir. Asimismo, recomiendan llevar encima el informe médico, el cual puede adquirirse en las farmacias para ser rellenado por el médico de cabecera, y algo de comida extra como el primer desayuno y embutido envasado (aunque si se sale fuera del país habría que llamar a la embajada para conocer qué tipo de productos se pueden llevar y cuáles no). «Hay que perder el miedo a salir de casa –declara la responsable de seguridad alimentaria–, en todas partes hay algún mercado donde se puede comprar, por ejemplo algo de fruta de temporada».

La guía se centra en el territorio español, pero cuenta con tarjetas traducidas a 13 idiomas para poder mostrarlas si se sale fuera del país y se va a algún restaurante. Además de incluir los establecimientos con los que tienen acuerdos, a través de la página web de la ACSG se puede consultar un listado de toda España y, para aquellos casos que no están preparados para celíacos, la guía ofrece una serie de consejos sobre cómo actuar y qué indicaciones dar.

De cara a viajar en algún transporte, como avión, tren o barco, lo habitual es que éstos siempre dispongan de un menú sin gluten, pero resulta necesario avisar antes de embarcar y durante el reparto de la comida. Si no fuera así, se puede solicitar pasar con nuestros propios alimentos para lo cual llevar un informe médico será de gran utilidad. Lo mismo ocurre al ir, por ejemplo, a un parque temático.

Source: A tu salud