Claves para entender las infecciones hepáticas

Claves para entender las infecciones hepáticas

El 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la hepatitis con el objetivo de concienciar a la población sobre estas enfermedades y lograr grandes avances en la prevención y en el tratamiento. Estas patologías producidas por virus (tipos A, B, C, D y E) se encuentran entre las más frecuentes y constituyen un grave problema de salud pública a nivel global, ya que afectan a más de 400 millones de personas en el mundo. Así, en el año 2015 fueron las responsables de 1,34 millones de muertes y esta cifra va en aumento.

Las hepatitis B y C se hallan detrás del 96% de la mortalidad mundial por esta enfermedades inflamatorias víricas. «En muchas ocasiones, esta patología es asintomática y se diagnostica de forma casual (donación de sangre, resultados de analítica rutinaria), pero otras veces debuta en un estado avanzado (cirrosis o cáncer hepático)», explica el doctor Vicente Gil Valdés, director de Salud y Bienestar de International SOS.

Cuando se presentan síntomas, éstos pueden consistir en prurito, diarrea, orina muy oscura, dolor abdominal, ictericia (color amarillo en la piel y en la esclerótica de los ojos) y dolor articular, entre otros. «El diagnóstico de la hepatitis se establece mediante una serie de marcadores sanguíneos de los distintos virus (antígenos y anticuerpos virales), que indican el estado de la enfermedad y la posibilidad de contagio», manifiesta el director de Salud y Bienestar de International SOS.

Evitar el contagio

Tan sólo existen vacunas frente a la hepatitis A, B y E. Resulta conveniente la inmunización sobre todo si se viaja a zonas endémicas para las que son del tipo A y B. Como explica Gil Valdés, «la inclusión de una fórmula inyectable frente a la variante B en los calendarios vacunales infantiles ha permitido convertir en una realidad tangible la reducción de nuevas infecciones por esta enfermedad. El contagio por la tipología D del virus también puede prevenirse mediante la inoculación contra la hepatitis B».

Por otro lado, hay que apuntar que existen una serie de normas básicas que se deben respetar, «y sirven para la mayoría de las enfermedades infecciosas, como una higiene correcta (el lavado de manos y de los alimentos que consumimos)», cuenta Gil Valdés. No se deben compartir el cepillo de dientes ni las cuchillas de afeitar, y «es conveniente acudir a centros con garantía sanitaria a la hora de realizarse tatuajes, piercings o manicuras. El uso del preservativo protege del contagio de muchas enfermedades, entre ellas las víricas», recalca el director de Salud y Bienestar de International SOS.

Tratamiento

Muchas de las formas de las hepatitis se curan sin necesidad de poner un tratamiento clínico. Además, en las formas más agresivas de la infección –en las que hasta ahora no había opciones terapéuticas– los nuevos antivirales para el tratamiento de la variante C crónica administrados durante varios meses han conseguido tasas de curación superiores al 95%. «Pensemos en los trasplantes de hígado que se podrán evitar en el futuro gracias a la acción de estos medicamentos antivíricos. También hay fármacos para combatir la hepatitis B, pero el tratamiento debe ser permanente», concluye el director de Salud y Bienestar de International SOS.

Source: A tu salud